Historia del trabajo social en Estados Unidos 1

De voluntarios caritativos a arquitectos del bienestar social

Profesores Nili Tannenbaum y Michael Reisch

Facultad de Trabajo Social

University of Michigan

 

English version at the Univ. of Mich.


Orígenes del Trabajo Social

 

             El desarrollo del trabajo social en Estados Unidos refleja una síntesis de ideas en progreso derivadas de muchos pueblos y culturas. Aunque las palabras caridad, beneficencia y filantropía tienen raíces latinas y griegas fundamentadas en principios bíblicos, conceptos asociados al trabajo social también le deben mucho a la influencia del Corán, así como a las prácticas de ayuda mutua de los indígenas de América, a la comunidad afro-americana, y a los inmigrantes provenientes del mundo entero a Estados Unidos.


             Antes de la Revolución del siglo 18 en Estados Unidos, ya se había establecido en Norteamérica un sistema formalizado de ayuda al pobre, de bienestar infantil, e inclusive de salud mental. Estos sistemas tenían el doble propósito de ofrecer compasión y protección. En los albores del siglo 19 los estados de la unión empezaron a responsabilizarse por la distribución de beneficios sociales en poblados y condados. Debido a que las respuestas que daba el gobierno eran en gran parte insuficientes o inefectivas en el trato al creciente número de problemas sociales, sociedades privadas benéficas y organizaciones de esfuerzo personal (self-help), los antecesores de las agencias del los servicios sociales modernos, jugaban un papel cada vez más importante en la solución de problemas de índole social.


             Los orígenes del trabajo social en EE.UU. se remontan a este período y a los esfuerzos de mujeres de la alta sociedad y hombres asociados a organizaciones religiosas y laicas que daban tratamiento a la problemática de la pobreza, urbanización, e inmigración. Estos proto-trabajadores sociales, conocidos como “visitantes amistosos”, intentaban ayudar a los pobres a través de la persuasión moral y el ejemplo personal. Organizaciones como la Asociación para el Mejoramiento de las Condiciones del Pobre (Association for the Improvement of the Condition of the Poor) y la Sociedad de Ayuda a los Niños (Children’s Aid Society) empezaron a investigar las condiciones sociales presentes en casas de vecindades (tenement housing), y entre los niños.


             La Guerra Civil estimuló en gran medida el surgimiento de iniciativas privadas para el beneficio social, tales como la Comisión de Salubridad de EE.UU. (U.S. Sanitary Commission) y la Cruz Roja (Red Cross). A consecuencia de la guerra se fundó el primer programa federal de asistencia social bajo el nombre de Secretaría de Hombres Libertos, Freedmen’s Bureau, la que suministró ayuda a esclavos recién emancipados. Se instituyeron comisiones estatales de beneficencia con el objetivo de mejorar la administración de instituciones previamente establecidas.


Industrialización y Orígenes del Trabajo Social Moderno


             Durante el medio siglo posterior a la Guerra Civil, se observó una rápida expansión industrial y un consecuente aumento vertiginoso en las necesidades personales y comunitarias. Entre los cambios sociales más notables de esta época se incluían: una serie de depresiones económicas (conocidas como “pánicos”) y sus consecuencias adversas; nuevas manifestaciones de racismo posterior al período de la Reconstrucción en 1876; y un precipitado aumento de inmigrantes procedentes del sur y del oriente europeo.



1 Para obtener la versión original en inglés de este artículo visite la página de internet de la Facultad de Trabajo Social de la Universidad de Michigan: http://www.ssw.umich.edu/ongoing/fall2001/briefhistory.html


             Basados en principios derivados de la industria y del comercio, los reformistas intentaron responder a algunos de estos acontecimientos regulando la distribución de beneficios públicos a través de la denominada “beneficencia científica”(scientific charity). En 1877, la primera Sociedad de Organización Benéfica (COS, Charity Organization Society) en EE.UU. regida por ciertos principios benéficos se estableció en la ciudad de Buffalo, Nueva York. Muchos de los clientes, sin embargo, judíos pobres, católicos y afro-estadounidenses en particular, preferían los sistemas más individuales de ayuda: por la persona en sí (self-help) y de asistencia mutua acorde a normas establecidas en sus propias comunidades.

swff-addams.jpgFoto de Jane Addams1

“El bien asegurado a uno mismo es precario e incierto, flota entre cielo y tierra, hasta ser asegurado por todos e incorporado a nuestras vidas en común”.                 Jane Addams


                                                      Las casas de vecindades (settlement houses) reflejaban una nueva respuesta organizativa a la problemática de la industrialización y de la inmigración, introduciendo un modelo alternativo de agencia para el servicio social, una especie de misión urbana. La primera casa settlement en Estados Unidos, denominada Gremio del Vecindario (Neighborhood Guild) se estableció en la ciudad de Nueva York en 1886. Tres años después, Jane Addams y Ellen Gates Starr fundaron la Casa Hull en Chicago, la cual se convirtió en el más famoso de estos settlements.


                                                      A diferencia de los COS, de corriente individualista, los settlements se enfocaban en las causas ambientales de la pobreza y en extender las oportunidades de trabajo a los pobres. Realizaban investigaciones, ayudaron a sistematizar la justicia juvenil, establecieron un programa de pensiones para viudas, iniciaron legislación para prohibir el empleo de menores, e introdujeron reformas de salud pública bajo el concepto del seguro social.


                                                      En 1910, había más de 400 settlements, incluyendo los fundados por afro-estadounidenses para proveer servicios denegados por las agencias segregacionistas. En corto plazo las funciones de los settlements se ampliaban más allá de vecindarios específicos y engendraban organizaciones nacionales como la Asociación Gremial de Mujeres (Women's Trade Union League), la Asociación Nacional de Consumidores (the National Consumers' League), la Liga Urbana (the Urban League), y la Asociación Nacional para el Avance de las Personas de Color (the National Association for the Advancement of Colored People, NAACP). Los líderes de los Settlement contribuyeron a establecer la Secretaría Federal de Niños (the Federal Children's Bureau) en 1912, dirigido por Julia Lathrop de la Casa Hull. Estos líderes fueron claves en los grandes movimientos sociales de la época, que incluían problemáticas sobre el sufragio femenino, la paz, el trabajo, los derechos civiles, y la templanza (temperance).


             Mientras que los settlements se enfocaban en buscar soluciones a través del trabajo en grupo o de organizativas comunitarias, el trabajo social del COS se concentraba más en la investigación de antecedentes individuales o de familias. Sub-especialidades en medicina y psiquiatría, más las escuelas de trabajo social se iniciaban a principios del siglo veinte. El crecimiento de la investigación aparte de la práctica también estimuló la creación de programas de capacitación para el trabajo social en 1898.


             El programa establecido por el COS de Nueva York en asociación con la Universidad de Columbia se convirtió en la Escuela de Filantropía de Nueva York y eventualmente pasó a ser la Facultad de Trabajo Social de la Universidad de Columbia. Al principio, el programa de estudios enfatizaba la práctica y no el estudio de asignaturas académicas.


 

1     Foto: Universidad de Illinois en Chicago, Biblioteca Universitaria, Jane Addams Memorial Collection JAMC Neg. 1003


             Los settlements como el Común de Chicago (Chicago Commons) también desarrollaban programas de educación desde 1901. En 1908, éste ofrecía un programa completo en la Facultad de Cívica y Filantropía (hoy Facultad de Administración de Servicios Sociales de la Universidad de Chicago).


             Programas orientados hacia un entrenamiento metodológico se fueron ampliando en extensas zonas urbanas, en su mayoría afiliados con organizaciones benéficas interesadas en normalizar las prácticas de voluntarios. En 1919, había 17 escuelas de trabajo social afiliadas a la Asociación de Escuelas de Entrenamiento de las Escuelas de Trabajo Social, el antecesor de lo que hoy se denomina Concejo Pedagógico para el Trabajo Social (Council on Social Work Education, CSWE, sus siglas en inglés).


             A pesar de estos esfuerzos, en 1915, durante una conferencia intitulada “¿Es el Trabajo Social una Profesión?” el doctor Abraham Flexner, autoridad principal en la educación profesional de aquellos tiempos, aseveró que esta rama de estudios carecía precisión, capacitación técnica y por consiguiente no debía considerarse como campo profesional. La conferencia estimuló esfuerzos para consolidar y normalizar los estudios empíricos. Por lo tanto, en 1920, se dio inicio a la investigación de casos como modalidad principal para el trabajo social profesional en Estados Unidos.


             Durante la Primera Guerra Mundial, la expansión de agencias gubernamentales motivó una mejoría profesional en los departamentos del sector público destinados al bienestar social. A través de la Cruz Roja y del Ejército, la Guerra también ofreció oportunidades a trabajadores sociales en el uso de técnicas de investigación para el tratamiento de soldados afectados por cierta sicosis de guerra, denominada entonces shell shock. En aquella época los trabajadores sociales eran solicitados como especialistas para el tratamiento de personas no-empobrecidas.


             Aunque el Movimiento Progresista se debilitó después de la Primera Guerra Mundial, la práctica de trabajo social con individuos y sus familias siguió prosperando. En 1927, más de 100 clínicas para asesorar problemas infantiles, se establecieron con equipos de psiquiatras, psicólogos, y trabajadores sociales que ofrecían servicios para una clientela mayoritariamente de clase media. Paralelo al desarrollo de estas clínicas se inició el movimiento Cofre Comunitario (Community Chest Movement), basado en la caridad a nivel comunitario que luego dio origen al United Way y a los Consejos de Salud y Bienestar (Health and Welfare Councils).


La Gran Depresión y el Nuevo PactoThe Great Depression and the New Deal


             En 1930, el sistema estadounidense para el bienestar social, Welfare, comprendía un conjunto de agencias benéficas locales y estatales sin coordinación entre ellas, con fondos y recursos módicos provenientes de organizaciones caritativas con personal voluntario. Las agencias públicas, sin embargo, no suministraban los mismos servicios, ni inter-actuaban a nivel administrativo. Tampoco las organizaciones de voluntarios poseían suficientes recursos para prestar atención a las crecientes necesidades puestas en evidencia durante la Gran Depresión.


             El trabajo social se puso en práctica como respuesta a la Depresión; al gobierno se le asignó un funcionamiento instrumental para el bienestar social. El pueblo tomó conciencia de la pobreza como resultado de circunstancias económicas y no como fracaso personal. También se dio amplia aceptación al concepto de la asistencia al bienestar social como responsabilidad gubernamental fuera de la beneficencia por entidades privadas. Estos cambios iniciaron el establecimiento de una extensa serie de programas gubernamentales bajo la Administración de Roosevelt, denominados ‘Pacto Nuevo’, luego convirtiéndose en un sistema nacional complejo para el bienestar social, denominado el Welfare. El Pacto Nuevo también elevó la posición del trabajo social como profesión, en particular a través de los esfuerzos de asistentes del Presidente Roosevelt como Harry Hopkins y Frances Perkins.

             La legislación central, entre las docenas de programas que formaban el Pacto Nuevo, fue la Ley para el Seguro Social de 1935. Ésta amplió y mejoró las normas de bienestar social a lo largo y ancho del país, ofreciendo a beneficiarios un sentido de libertad y dignidad propia. Ayudó a establecer un funcionamiento, sin precedentes, dentro del gobierno federal como fuente de ayuda e introdujo el concepto de “otorgación de derechos”, o empowerment, en el vocabulario político estadounidense. El ámbito del bienestar social se amplió mas allá de la ayuda financiera a los pobres e incluyó la vivienda, los problemas rurales, las actividades culturales y recreativas, los programas de bienestar infantil, y diversas formas de seguro social para las distintas capas sociales.


             Estos desarrollos en la política afectaron en gran escala al trabajo social como profesión:

dando realce a la problemática del bienestar público y estableciendo amplias oportunidades laborales fuera de agencias privadas, introduciendo el bienestar público y la política pública como fases íntegras de la profesión, ampliando la práctica del trabajo social más allá de los confines urbanos a zonas rurales, y resaltando de nuevo la reforma social. El crecimiento de los programas para el bienestar público también obligaron el reclutamiento de miles de nuevos trabajadores sociales, duplicándose de 40 a 80 mil en sólo una década, haciéndose esta labor de mayor diversidad funcional. Esta ampliación concientizó en el pueblo la necesidad de mejorar salarios, condiciones de trabajo, y requisitos educacionales.


La Segunda Guerra Mundial y la Expansión Académica


             Durante la Segunda Guerra Mundial muchos trabajadores sociales aceptaron tareas relacionadas a la guerra, estimulados por el establecimiento de una clasificación especial para el trabajo social militar en el desarrollo de servicios para las comunidades impactadas por el conflicto bélico. En la década posterior a la Guerra, esfuerzos de gran envergadura se llevaron a cabo para elevar el nivel profesional en el trabajo social. Estos incluyeron una mejor normalización de agencias y prácticas, el desarrollo de programas interdisciplinarios para el doctorado, y la creación de un núcleo esencial de programas educativos para la Maestría en Trabajo Social (MSW). La formación del CSWE en 1952 y el establecimiento de la Asociación Nacional de Trabajadores Sociales (NASW, sus siglas en inglés) en 1955 fortalecieron aun más la posición de la profesión.


             Durante el período de la postguerra se observaron cambios notables en el bienestar social de EE.UU., entre ellos se destaca el establecimiento del Departamento de Salud, Educación y Bienestar Social (Department of Health, Education , and Welfare, HEW) en 1953. Los principales beneficiarios de cambios sociales entre 1940 y 1960, sin embargo, fueron trabajadores de sueldo promedio, blancos descendientes de europeos. A principios de los 60, Estados Unidos mostraba considerable retraso, detrás de las naciones industrializadas de Occidente en el nivel de entrega de servicios sociales. Al mismo tiempo, agencias de voluntarios y del sector público cambiaron el enfoque de los servicios a grupos de medianos o bajos recursos, y redujeron el rol de voluntarios basados en la comunidad por el de organizaciones encargadas de decidir y distribuir servicios. En un ámbito político hostil, el activismo social disminuyó y surgieron de nuevo posturas abiertas en contra del apoyo al bienestar social.


La Guerra a la Pobreza y la Gran SociedadThe War on Poverty and The Great Society


             A principio de los años 1960, revelaciones de gran publicidad sobre la pobreza y el surgimiento de nuevas perspectivas “estructurales” sobre los problemas sociales forzaron a los estadounidenses a un re-descubrimiento de más de 40 millones de personas, aproximadamente una tercera parte de ellos niños, cuyas vidas habían sido dadas de lado por el progreso moderno económico y social. Esto motivó el desarrollo de nuevos modelos organizativos para el servicio social, como por ejemplo, la Movilización para la Juventud en Nueva York (Mobilization for Youth), que condujo a la proclamación del Presidente Johnson a declarar “una guerra incondicional a la pobreza” en enero del 1964.

             El instrumento principal de la “Guerra a la Pobreza” fue el Acta a la Oportunidad Económica (EOA, Economic Opportunity Act) que incluía programas como “las Brigadas de Trabajo”(Job Corps), Rumbo Arriba (Upper Bound), las Brigadas Juveniles del Vecindario (Neighborhood Youth Corps), Acción Comunitaria, A la Delantera (Head Start), Servicios Legales, Abuelos Adoptivos (Foster Grandparents), y la Oficina de Oportunidades Económicas (OEO, Office of Economic Opportunities). En 1965, el Congreso promulgó los estatutos de Medicare y Medicaid, establecidos por el Departamento de Viviendas y Desarrollo Urbano (HUD, Department of Housing and Urban Development), fundó también una serie de servicios para ancianos por medio del Acta para los Estadounidenses de Mayor Edad (Older American Act), y estableció el Programa de Estampillas para la Comida (Food Stamp Program) bajo los auspicios del Departamento de Agricultura. El Acta para la Educación Primaria y Secundaria revolcó los precedentes establecidos años atrás y ordenó dar ayuda federal a las escuelas locales con el objetivo de equilibrar las oportunidades educativas ofrecidas a los niños. En 1966, la Ley de Ciudades Modelos tomó de objetivos ciertas zonas urbanas con amplios servicios dando énfasis al concepto de control comunitario. Aunque la profesión de trabajo social no influyó en las políticas públicas al nivel que había ocurrido en los años 1930, los trabajadores sociales jugaron papeles claves a través del los años 1960 en varios programas anti-pobreza y de acción comunitaria y ayudaron a entrenar a individuos en nuevas organizaciones como las Brigadas de Paz (Peace Corps) y VISTA (Volunteers in Service to América).


La Década del 1970


             El Presidente Nixon transfirió la administración de programas anti-pobreza a estados y zonas locales. En los años 1972 y 1973, el Congreso aprobó la Ley para la Asistencia Económica Estatal y Local y el Acta de Empleo y Entrenamiento Comprensivo (CETA, Comprehensive Employment and Training Act). Esta legislación estableció el concepto de compartimiento de ingresos y en fin condujo al desmantelamiento de la Oficina de Oportunidades Económicas. Los mayores logros en política social de la Administración de Nixon, sin embargo, fueron las Enmiendas a la Seguridad Social de 1972, que centralizaron y estandardizaron la ayuda a los discapacitados y a los ancianos de bajos ingresos, imponiendo control inflacionario sobr los beneficios. Los programas de estampillas para la comida (food stamps), nutrición infantil, y de jubilación para los trabajadores del ferrocarril se relacionaron a las tasas del costo de vida.


             La aprobación del Título XX del Acta de Seguridad Social en enero del 1975 reforzó el concepto popular de “compartimiento de ingresos federales”, dando a los estados flexibilidad máxima para el planeamiento de servicios sociales mientras promovía seria responsabilidad fiscal. Durante las administraciones de los presidentes Ford y Carter, el Título XX dio forma y dirección tanto a los servicios sociales públicos como a aquellos sin fines de lucro, enfocando en particular asuntos de dependencia benéfica, abuso y negligencia infantil, violencia doméstica, abuso de drogas, y salud mental comunitaria.


             Mientras que la pobreza seguía disminuyendo entre los ancianos en los años 1970, principalmente a consecuencia de los índices de beneficio al Medicare, continuaba aumentando sin tregua la pobreza entre niños de ascendencia no-europea. Este aumento se debía al cese virtual de Ayuda a Familias con Niños en su Dependencia (AFDC, Aid to Families with Dependent Children) y al descenso en el poder adquisitivo de salarios. A fines de la década de los 70, las ‘donaciones en bloque’ establecidas por la Administración de Carter, combinando programas previamente establecidos dentro de una programática en sectores amplios e imponiendo límite a gastos estatales a cambio de mayor control en los esquemas presupuestales, constituyeron un desarrollo particularmente importante que repercutió en los años 1980.


             Aunque la mayoría de las reformas sociales se estancaron a mediado de los 70, numerosos cambios ocurrieron en la profesión de trabajo social en esa década, incluyendo la toma de conciencia a problemáticas de convivencia inter-cultural y asuntos sexuales, conduciendo a desarrollar nuevos tópicos de estudio y esfuerzos para ampliar el reclutamiento de minorías; el crecimiento de programas multi-disciplinarios de capacitación conjunta con Escuelas de Programación Urbana, Salud Pública, Pedagogía, y Derecho; el reconocimiento del Bachillerato en Trabajo Social (BSW) como punto de entrada de capacitación profesional; y el crecimiento de la práctica privada entre los trabajadores sociales.


La "Revolución de Reagan”

 

             Los cambios en política que inspiraron a la llamada “Revolución de Reagan” en los 80, forzaron a los trabajadores sociales a depender, en parte o del todo, en el sector privado para buscar soluciones a la problemática del bienestar social. Programas enteros fueron reducidos, detenidos o eliminados por completo. Fondos en bloque se crearon para áreas de bienestar infantil y desarrollo comunitario. La crisis que amenazaba al presupuesto del Seguro Social y al Medicare fue detenida gracias a aumentos módicos de impuestos junto a reducciones en los beneficios. Al mismo tiempo, el rápido aumento en el déficit federal impidió el desarrollo de nuevas iniciativas de amplio alcance para el bienestar social. Por consiguiente, en tiempos de prosperidad general, los índices de pobreza se elevaron vertiginosamente, particularmente entre niños, familias jóvenes, y personas de ascendencia no-europea. A principios de la década de los 90, la cifra de personas oficialmente clasificadas “pobres” ascendió a 36 millones.


             La grandes rebajas en fondos gubernamentales destinados al bienestar social brindaron nuevos desafíos a trabajadores sociales y a agencias de servicio social, en momentos en que afrontaban nuevos problemas sociales de mayor complejidad como la epidemia de cocaína “crack”, la propagación de VIH/SIDA, la violencia doméstica, y los desamparados sin hogar. Los trabajadores sociales ofrecieron mayor atención al desarrollo de técnicas administrativas eficientes y a trabajos de abogacía.


Los Años de Clinton

  

             Desde el comienzo de su presidencia, las opciones del Presidente Clinton se restringieron por motivos del déficit presupuestal heredado por la presidencia. Obstaculizado en el desarrollo de una agenda ambiciosa para el bienestar social, que incluía un amplio programa nacional para la salud, tuvo que aferrarse al límite presupuestario y promover el crecimiento económico. Después de serios debates, en 1996, firmó en ley una reforma controversial para el bienestar, que reemplazó AFDC con fondos en bloque para los estados que incluían límites de tiempo y condiciones para el recibo de asistencia monetaria en efectivo (hoy denominado Asistencia Temporal para Familias Necesitadas TANF, Temporary Assistance for Needy Families). La legislación también delegó responsabilidad para el desarrollo de programas de bienestar a los distintos estados e incrementó la función del sector privado y de las organizaciones religiosas en la implementación de programas.


             El Presidente Clinton terminó la presidencia en enero de 2001 sin poder resolver varios graves problemas de bienestar social (welfare). Aunque se logró algún progreso en el cuidado médico a hijos de familias con bajos recursos, más de 43 millones de estadounidenses aun carecían de protección médica. El alza vertiginosa en precios de medicinas recetadas amenazaba al bienestar económico de ancianos estadounidenses. Propuestas para proveer este beneficio a través de Medicare y así evitar una crisis en los fondos del Seguro Social para futuros jubilados (baby boom generation), a penas avanzaron en los 90 debido al estancamiento político. Tampoco se notaba progreso sustantivo en la atención a las crecientes necesidades producidas por la epidemia de VIH/SIDA, en particular dentro de la comunidad de ascendencia africana, o a las persistentes problemáticas de abuso a los desamparados sin hogar y de drogadicción. Finalmente, se vislumbraba un potencial de consecuencias catastróficas al imponer límites de cinco años a los beneficiados de TANF en medio de una economía en descenso.


             En el transcurso de la política en los 90 se notaron consecuencias serias para la profesión de trabajo social. Reformas en el bienestar social motivaron la reestructuración de departamentos para el bienestar social público y presionaron aun más a organizaciones privadas (sin fines de lucro) para que llenaran los vacíos dejados por la carencia de servicios gubernamentales. La introducción de managed care (cuidado administrado) en áreas médicas y de salud mental, de inmediato alteraron la práctica de muchos trabajadores sociales, así también como cambiaron políticas para el bienestar infantil. Aunque oposición a los programas de Acción Afirmativa aumentó durante estos años, los trabajadores sociales, en particular en ámbitos universitarios, daban un mayor énfasis a la diversidad racial, de género, y etnia en sus programas académicos y de reclutamiento estudiantil. NASW revisó su Código Ético para impulsar a la justicia social hacia un imperativo ético, y CSWE requirió en sus programas la instrucción en el trabajo por la justicia social y económica.


             Simultáneamente, organizaciones como el Americorps se establecieron en 1994 para promover una mayor participación juvenil en la problemática comunitaria. Con el apoyo de la NIMH Centro de Investigación de Trabajo Social y de la Sociedad para la Investigación de Trabajo Social, escuelas de trabajo social notablemente incrementaron sus funciones de investigación y asesoramiento sobre salud mental, tercera edad, violencia doméstica, y bienestar infantil, entre otras.


Conclusión: El Bienestar Social en EE.UU. en el Siglo XXI


             Durante más de un siglo la profesión del trabajo social se ha desarrollado y re-inventado en respuesta a los rápidos cambios sociales y económicos, manteniendo su enfoque sobre la defensa al cumplimiento de las necesidades de los segmentos más vulnerables de la sociedad y al mejoramiento de su bienestar. Hoy, los trabajadores sociales constituyen el mayor número de profesionales que trabajan en las áreas de salud mental y de servicios a familias. Se calcula que para el año 2005, habrán alrededor de 650,000 trabajadores sociales, un incremento del 30 porciento en 10 años. A pesar de cambios recientes en la sociedad y en su compromiso al bienestar social, la misión primaria del trabajo social, de acuerdo al Código Ético de NASW, sigue siendo “dar realce al bienestar humano y ayudar a satisfacer las necesidades humanas básicas de todo el pueblo, prestando atención particular a las necesidades y a los derechos de personas vulnerables, que están oprimidas, o que viven en la pobreza”. En el futuro, esta misión pudiera inspirar el desarrollo de una nueva síntesis en el trabajo social, en la que los estados ofrecen el financiamiento pero delegan el cumplimiento de servicios a otros sectores. Es probable que surjan nuevas prácticas y causas para los trabajadores sociales. En una sociedad de mayor aspecto multi-cultural, las organizaciones de base comunitaria pueden jugar un papel importante en dar realce a la participación de clientes (beneficiados) en el diseño y en la entrega de servicios sociales, mientras se amplía y revitaliza la naturaleza misma del trabajo social.

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